El invernadero [Zona de Rol]

Después de curiosear vuelvo la vista hacia Cath.

- Estas plantas son rarísimas. - Le digo, aunque se habrá dado cuenta ya. - Hay algunas que no había visto jamás... como esa de flores azules.

Señalo una maceta que está cerca de la chica.

Me acerco a donde está y me siento también, balanceando los pies.

- ¿Te gustan las flores? - Pregunto.

Me acaricio la barbilla pensativo.

- Me gustaban antes. - Reconozco. - Pero ahora las veo y sólo me da la impresión de que se mueren demasiado rápido.

Acaricio los pétalos de la flor que Cath ha arrancado antes.

- Sí, lástima que nosotros no seamos flores de una planta. Cuando la palmamos se acabó.

Dibujo una sonrisa triste y sigo balanceando los pies, mirando el cielo gris sobre el techo de cristal del invernadero.

La miro sin entender bien a qué se refiere.

- ¿Hablas de reencarnación? - Pregunto burlón, sabiendo que no quería decir eso.

- Me gustaría creer en eso. - Confieso. - Todo sería mucho más fácil.

Sonrío cuando me pone la flor.

- Ahora parezco un señor respetable.

- ¿Cuidarme?

Suelto una carcajada sin poder evitarlo por lo irónico de la situación.

- Cath, intenté suicidarme una vez. - Contesto limpiándome con la mano las lágrimas de risa que tengo en los ojos. - No creo que nunca me dé por cuidarme demasiado.

La miro con cierto aire desafiante. No es algo que pueda evitar, solo espero que no me salga con el tono moralista... aunque no creo que Cath sea de esas.

- ¿Qué otra cosa podía hacer? - Pregunto con lógica aplastante.

Luego desvío la vista de Cath a mis pies.

Se me hace un nudo en el estómago y miro de reojo a Cath. Hay mucha gente que cree que los suicidas son unos cobardes. Yo lo soy.

- ¿Me lo reprochas? - Pregunto entornando los ojos.