Aula Vacía [Zona de Rol]

Me río ante su tono de resignación.

- Siempre puedes experimentar cosas nuevas, hay muchas chicas guapas. - Propongo. - Y si no siempre te quedo yo como último recurso. No me enfadaré por ser el segundo plato, te lo aseguro.

Vuelvo a reír. Es divertido tomarle el pelo a Cath, y quién sabe... igual acaba cediendo.

- Oye, ¿cómo que yo saldría mejor parado? - Pregunto fingiéndome ofendido. - Que sepas que no me desenvuelvo nada mal.

Cruzo las manos sobre mi abdomen y sonrío.

- Vale, pues nos vemos en el postre entonces. Hasta ese momento trataré de encontrarte un par de ejemplares del sexo masculino.

- Hum. - Pienso en voz alta. - ¿Alguna preferencia? ¿Alto, bajo, moreno, humano, vampiro? ¿Quieres alguien con espíritu aventurero o uno de esos que se enamoran?

No puedo evitar cierto matiz despectivo en la última palabra.

Cierro los ojos y me quedo sedado, como siempre que alguien me toca el pelo.

- Celestino. - Repito con sorna. - Suena bien. Puedo dedicarme a eso y dar así un nuevo sentido a mi existencia.

- Paso de ser celestino de nadie. - Respondo con voz somnolienta. - Esas cosas llamadas relaciones solo sirven para retorcerte las entrañas y destrozarte la juventud. Suena divertido, pero no soy tan cruel.

Sonrío de medio lado.

Lo pienso un poco sin abrir los párpados.

- Supongo que me limito a hacer daño a pequeños insectos y a mí mismo. - Bromeo. - Estás a salvo.

- Tu caso lo dejaremos para el postre. - Digo, repitiendo sus palabras de hace un momento.

Noto sus dedos en mi pelo.

- ¿Quieres que me duerma para atentar contra mí? - Pregunto.

Abro un ojo para responder y me encuentro su cara peligrosamente cerca.

- Lo sabía. - Digo triunfal. - Pretendías dormirme y hacerme cosas malas

Abro la boca para protestar y la vuelvo a cerrar sin encontrar argumentos en mi defensa.

- Tienes razón. - Reconozco. - Pero creo que había dicho que te dejaría en paz... Así que me portaré bien y me quedaré calladito en lo sucesivo.

Cierro el pico y de paso los ojos también. Así parezco más buen chico.

- Pues... estuve por ahí. - Respondo vagamente. - Me fui de casa y viajé mucho.

Me froto la cara con las manos. Tengo la frente cubierta de gotas de sudor.