Entra en su habitación y sonríe. No estaba mal, quizás las cosas no fueran tan horribles.
Deja su maleta encima de la cama y comienza a deshacerla. Guarda su ropa en el armario, deja sus cosas en el escritorio y personaliza un poco el cuarto.
Una vez está todo a su gusto, se arregla un poco en el baño, lo necesitaba después del viaje y vuelve a salir, cerrando con cuidado la puerta.