La Taberna [Zona de Rol]

Entro aturdida, me arrastro hasta la barra y miro al cantinero. Lo agarro por el cuello de la camisa.
-Absenta.
Me da otra botella como antes, me siento en la barra y la abro rápidamente. De nuevo tenía una recaída.

Escucho a alguien, no podía reconocer quien.
-Estoy ebria, drogada y se me rompió un taco. Sacando eso de maravilla.
Sonrío con ironía, saoc un billete de 100 y pago.
-Quédese con el cambio.
Dejo la botell ay miro al chico mientras me paro. Me aferro a la barra para no caerme.
-Por favor no le digas mamá ni el tío.

-Gracias, gracias.
Me siento en la barra y apoyo los pies en la silla.
-Odio mi vida. Quiero ser una muñeca de plástico sin emociones.

-Pero sería más facil de vivirla.
Le sonrío un poco.
-Muchas cosas que no tengo ganas de recordar. Lo último que recuerdo es una pelea con mi madre. A papá no lo veo, y ni que hablar del resto. Súmale que perdí mi par de zapatos preferido.

-Viajar a NY mañana. Mamá regalo mi coche, pequeño problema. Tendré que correr un poco.
Finalmente le sonrío.
-Las emociones están siempre, depende como uno las espere y como te encuentren. Sino las espero mi vida será muy aburrida. Carpe Diem.
Suspiro y dejo de aferrarme un poco a la barra.
-Alex, lamento esta..primera impresión bañada en alcohol.
Miro a Ban que me mira alzando una ceja.
-¿Algún problema?

Ignoro al hada testaruda.
-Gracias, pero no necesito tu permiso pequeñeja. Por lo menos se hacer algo.
Saco el móvil buscando mensajes de mi tío sin ver nada. Lo guardo.

-Creo que si intento correr me llevaré todos los árboles habidos y por haber. Mitad pro la bebida, la otra mitad porque soy rubia. O tal vez por todo.
Sonrío de lado, dejo el vaso. Ya estaba bien. Inclino la cabeza para saludar al que entra, vuelvo a mirar al...salvador.
-Pero nada se compara con mi bebé, que tuve que darlo en adopción. Era...perfecto ¿Conoces los Porsche?
Miro a Ban.
-Más de medio mundo, todos salvo a ti querida.
Le sonrío falsamente y vuelvo a mirar al chico esperando su espuesta.