El lago [Zona de Rol]

Recuerdo del primer mensaje :

Respondiendo a Regina -Asi es, Ban sera de tu familia xDDD-
MIro a Ban y a Gaiet

Llego al lago mientras intento controlarme. Me fijo alrededor, miranod que no este nadie dado que me había oldiado el bañador. Me quito los shorts de jean algo gastados, la blusa amarilla, quedando solo con un corpiño y el culote. Miro el agua, y sin dudarlo me tiro. Era demasiado relajante, logro calmarme y controlarme. Nado despreocupada aunque el agua estaría helada.

Me detengo y miro a quien hacía un ruido molesto, cortando mi línea de pensamiento.
-Oh Kartik, vale tocar la puerta. Igual no hay nada que no hayas visto.
Sonrío de lado y me acerco nadando a la orilla, salgo y me pongo la remera, que se moja completamente. Me siento a su lado.
-¿Cómo llevas tu vida nueva?

Suspiro imitando su pone, mientras corro un mechón de mi pelo hacia atrás, le miro sin saber mucho que decir.
-Crisis pasajera, pero ya estoy en equilibrio. Es como una buena pintura. Ni muy rococó, pero tampoco llega al arte primitivo.
Sonrío sin gana dejando mi mente en blanco. Si todavía sabía leer mentes, la mia quedaría fuera de su alcance.
-Por lo menos comenzaste con algo y no te quedaste atado al pasado. Eres valiente.

Sigo bloqueándole el paso, y guío mi mirada hacia el lago, mis pantalones estaban lejos y embarrados, de modo que me quedo en la misma posición. Me lo pienos un poco.
-A veces no es necesario perder la memoria para querer olvidar cosas.
Lo miro con una sonrisa ladeada y vuelvo a mirar el lago.
-Ocultar mi pasado, y mi presente. Para que no estorben en mi futuro. Sería como un carpe diem con proyección futura.
Sonrío mientras miro el lago. Mi remera se pegaba a mi cuerpo que seguía húmedo. Pero no sentía frío. Estaba muerta después de todo.
-¿Cuál es tu arte preferida ahora?

Lo miro con mis ojos como platos. Era como una niña frente a un gran regalo de Navidad, solo que este era algo mas perjudicial para mi salud. Que salud si estaba muerta.
-Eres mi David personal ¿Eres de mármol o cobre?
Le sonrío.
-Lo bueno del abstracto es que cada uno ve lo que quiere. Y nadie puede negártelo. Salvo los ciegos.
Suspiro sin quitar la vista del atado, tal como si estuviera imnotizada.
-¿Ahora fumas?

Mientras habla mis ojos están clavados en ese cigarrillo.
-Ya estoy muerta, no se puede morir dos veces. Haré lo que quieras.
Trato de aspirar al máximo el humo que libera, pero sin obtener la satisfacción que daba tener un filtro en los labios, sintiendo en humo en el interior de los pulmones.
-¿Kartik...estás drogado, alcoholizado o algo por el estilo? Me odiabas por fumar.
Me estiro tratando de sacarle el cigarrillo de la boca en vano.
-Te cumpliré 3 deseos a cambio de una calada. Con un paquete de chicles de regalo.
Suspiro sin despegar mi vista de sus labios con la colilla. Veo como se consumen las hojas con nicotina y mis pupilas se dilatan.
-Pero hay veces que vivir sin vicios, también mata. Una recaída la puede teenr cualquiera. Anda.

Veo como se tira hacia atrás. Las primeras veces que había fumado había tenido un efecto relajante en mi, pero tampoco era para tanto. Aspiraba cadahilo de humo que dejaba aquel dragón.
-No puedes salvar a quien ama el desastre y la nicotina. Además te esta cayendo mal.
Escucho lo que dice, a veces yo misma decía cosas con lógica, y aquella era una.
-Olvidamos el pasado así no me odia sy yo le saco provecho.
Me que pensando en que podía pedir, o mejor aún, que podía pedirle yo a él.
-Pediría una calada o te lleno la cabeza de plomo. Pero no me la darías de todas formas. Mi deseo es pintarte como Adonis o el David de Miguel Angel, algo que no sea abstracto para acabar con la monotonía.

Lo escucho mientras estiro mi cuello.
-Lo mio es de rubia tonta, casi olvido hacer mi papel de tan poca neurona que tengo.
Miro el paquete y como saca otro. Ese chico en ese momento era mi perdición. Si pudiera le hubiera quitado la caja de la mano, pero sabía de sobra que era más poderoso que yo y me lo volvería a quitar. Y quería seguir teniendo todos los pelos en mi cabeza.
-¿Te gusta verme sufrir? Porque lo estás logrando. ¿No te alcanza fumar tus cenizas de dragón que tienes que ir a mi cigarro?
Me quejo mientras miro como da otra calada como si en ello se consumiera más que el papel y las hojas, mi vida. Sufría no poder disfrutarlo como el. Miro el filtor contra sus labios con deseo.
-No importa lo que pinte, sino la mente abstracta que lo contemple. Tal vez si hago físico y tangible en una pintura tu abstracto te aclare las cosas, o arruine tu parte abstracta dejándote sin personalidad. Pero podré con eso. Y mido 1,80, no soy tan baja.
Suspiro.
-¿Me gané la calada?

-La rata sin avaricia no sobrevive. Pro eso siempre se las arregla. Mas avaricia tiene, mas huesos por roer.
Ruedo los ojos escuchando lo que dice. En toda mi vida posiblemente había fumado miles de cogarrillos, pero eso había sido antes. Ahora era un momento inmediato.
-¿Tu recuerdo es dar caladas? Te falta calle. Deseo es por motus propio. Si tu sientes que influyo en eso es porque no lo deseas tanto al fin y al cabo. Deberías ceder tu lugar a los necesitados.
Le sonrío, pero elimino la curva de mis labios con el fin de no mostrar emoción alguna en su palabrerío. Marihuana, si no la habría probado hacía unos años...
-¿Tu misión del día es deprimir el mio? Lo estás consiguiendo. Por lo menos tus ideas resutan motivadoras. A corto plazo.
Mientras hablo vuelvo a mirar sin parar el cigarrillo. Era como si me estuviera llamando. Gritando a que vaya a por el. Cuando me acerca Tomo la calada más larga que puedo, sintiendo ese humo recorrer y llenar mis pulmones. Satisfacción. Lo miro.
- ¿Por otra? Pero todavía te quedan dos deseos. Hable estimado señor. Soy todo oídos, pero poco pulmón.

-No me gusta que la gente me tenga lástima. Eso hace que se apiaden de ti.
Lo miro pensativa dándole vueltas al asunto. En parte tenía razón, yo sabía algo más que él pero tampoco demasiado.
-Recuerdo que te encantaba compartir, sobre todo un buen cigarrillo entre amigos. Podrías ponerlo ahora en práctica sino te molesta.
Lo miro, luego viro hacia el lago no del todo convencida de lo que dije.
-Si quiero deprimir mi día voy a hablar con las amigas de mamá. Mi día...intenté suicidarme hace unas horas, así que tu no serás peor. Créeme, podré contigo.
Finalmente lo miro con una sonrisa ladeada. Deprimirme en aquellos momentos era algo bastante complicado. Había aprendido a ser fuerte, pero sin embargo hoy había tenído una recaída.
-Tal vez vine a que lo mejores, en vez de empeorarlo. Pero veo que lo encaraste desde otro punto de vista. ¿Yo te deprimo? Tu próximo deseo puede ser un chaleco antibalas.

-Pero si compartías.
Le sonrío, escucho su pregunta y me quedo meditando. No quería abrir mi mente porque sacaría sus propias conclusiones, por lo que me esfuerzo todavía más en bloquearla. No me gustaba que me preguntaran.
-Antes pensaba que lo peor era no saber nada de tus padres. Ahora descubrí que peor es saber quienes son, donde estan y que te ignoren por completo...
Escondo mi rosto entre mis rodillas. No iba ni podía llorar. Era demasiado fuerte como para eso. Pero mi rostro daba la expresión de consumido por el dolor y no quería que él me viera así.
-Por eso quiero olvidar el presente para hacer un carpe diem a futuro. Y tu me niegas un cigarrillo, mi poca fuente de felicidad.
Sonrío un poco ante la idea. Quería cambiar de tema. Jamás halaba de mi ni me abría tanto.
-¿Yo te deprimo? Anda, pide un deseo.
Repito mi vieja pregunta.

Río al escucharlo.
-Me agradaría tu problema de memoria pero ya aprendí a controlar los malos recuerdos. Siempre debe haber alguno bueno para ocultarlos. Claro que la pintura y el cigarrillo ayudan.
Me relajo, alzo la mirada y le miro fijo. Mi mente seguía bloqueada. Era buena en eso, ya lo había hecho varias veces con mi tío, que podeía el mismo poder.
-El calor es placentero. Casi como el chocolate.
Digo cuando siento su calor en la hierba. Vuelvo a mirarle cuando pronuncia esas palabras, la verdad era que me había tomado por sorpresa.
-Siguiente deseo...No se que decir, probablemente intentaría hacerme la fuerte y te diría que lo gastaras en algo para ti. De hecho ahora que lo pienso mejor te diré justamente eso.
Le sonrío manteniendole la mirada. Repentinamente me dejo caer en la orilla. Sino fuera porque era imposible, hubiera parecido que me hubiera desmayado.
-Nunca nadie se interesó en mi. Me tomaste desprevenida maldito cabrón, odio eso.
Una curva se dibuja en mis labios.

-Tu no eres el interesado. Haces cualquier cosa salvo darme lo que deseo.
Le respondo sonriéndole desde el suelo, mientras lado la cabeza para mirarle a los ojos.
-Vale, no prometo nada. Pero haré el intento. Total ya estoy muerta ¿Qué queda por perder?
Casi salto cuando me despeina. Iba a morderle la mano pero le tuve compasión, o simplemente hablando ya la pasaba lo suficientemente bien.
-Por lo menos pudiste detenerte para ver donde estabas parado y darte una segunda oportunidad. Trata de no ser tan malo con tu último deseo.
Le sonrío aunque en el fondo tenía un poco de miedo por lo que podría legar a decirme.
-Espero paseos sobre tu espalda papi. Adóptame pero tu te haces cargo de las consecuencias. Ten cuidado que hay mucho vampiro suelto.
Suspiro al verlo irse, me paro cambipandome. Al fin salgo de ahí.