La Gran Terraza [Zona de Rol]

-Tu hora, fecha y lugar fue el día que nos conocimos así que no debes preocuparte por el destino. Ya te lo he escrito con sangre.
Sonrío cerrando los ojos al sentir sus manos dentro de mi ropa. Era muy relajante.

Giro mi rostro liberando mi lóbulo. Muevo mi cabeza un poco haciendo ondular mi cabellera mientras vuelvo a mirarlo.
-Incluso ahora, ya en esta terraza. Deja de morderme.
Le sonrío al acercarme y morder su labio.
-Yo sola muerdo. Me voy a ahcer unos trámites ¿Me esperarás a la noche?

Se rie al escucharla y niega con la cabeza dejando sobresalir su labio cuando lo muerde. -Es mi forma de adorar a mi diosa.. claro, dónde? - pregunta recorriendo su espalda y separando los brazos al llegar a su nuca.

-En mi santuario, es decir tu cuarto.
No resisto cuando recorre mi cuerpo con sus manos. Lo miro con un deje de luguria a pesar de que me esforzaba por marcharme.
-¿Me dejas ir?

Miro lo que hace con mi muñeca pero no con asco.
-Veré cuánto me demora el otro vampiro.
Le quito mi muñeca y salgo.

Llego a la terraza con la intención de provocar una rafaga de viento, con el hechizo que viene en la lista. La lista, como no, también me la he traido, por si se me olvida como detenerla, así mato dos pajaros de un tiro. Antes de hacer el hechizo, respiro hondo, mientras me coloco en el centro de la terraza. Doblo el papel, y me lo guardo en un bolsillo, extiendo mis manos hacia delante, y digo, bueno, más bien grito con voz serena y firme
—Areiprox

El miembro 'Daniela Wing' ha efectuado la acción siguiente: Lanzar de dados

'Dado de seis caras' :

Resultados :

Una ráfaga de viento, sacude mi pelo, no me esperaba que fuese tan fuerte. Saco el papel de mi bolsillo, con cuidado de que no se me vuele, y leo el hechizo para detener la ráfaga. Con mi mano derecha hacia la ráfaga, y mi mano izquierda sujetando el papel, grito, mientras miro el hechizo.
—Areidex

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'Dado de seis caras' :

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La ráfaga se detiene al momento, doy un suspiro, mientras me arreglo los pelos, al terminar, guardo el papel en mi bolsillo de nuevo, y salgo del lugar, dando un suspiro por no haberme pasado nada malo.

Subo a la azotea por primera vez con las manos dentro de los bolsillos de la cazadora. Hace frío aquí, la verdad.
Distingo una chica bajita y morena a la que identifico enseguida.

- Hola caníbal. - Saludo poniéndome a su altura.

Sonrío y apoyo los codos en la barandilla de piedra sin mirar a Sally directamente.

- Qué asco da la confianza.

Me encojo de hombros mientras miro el paisaje que se extiende ante nosotros.

- Lo veo difícil, yo no odio a nadie. No sé.

- No digo que todos sean de mi agrado. - Respondo con tranquilidad. - Pero una cosa es pensar "este tío es un capullo" y otra odiar a ese capullo.

Miro a Sally con una sonrisa divertida.

- ¿A tanta gente odias tú?

Imito a Sally y me concentro de nuevo en los arbolitos tan bucólicos que se ven desde aquí.

- Yo prefiero ignorar, odiar cansa mucho. - Digo simplemente.