La Gran Terraza [Zona de Rol]

Me río ante el brusco cambio de tema.

- Era el simpático que decidió fugarse. - Corrijo. - Tú habrías hecho lo mismo si vivieras con tus padres, tu abuelo y seis hermanos en una casa de cincuenta metros cuadrados.

Me estremezco al recordar una época tan agobiante. Aunque no fuera es la única razón de mi marcha.

- Creo que muchas chicas se suicidaron cuando me fui. - Añado con malicia.

Sonrío.

- Eso es. - Corroboro. - Su cerdito preferido.


FdR: Comida, vuelvo en un ratillo.

Me río por lo bajo.
-Un caramelito al cerdito más listo de Frozen.-digo con sarcasmo riéndome.

fdr: ^^

- Oink.

Me río de nuevo.

- ¿Cómo acabaste aquí tú? - Pregunto.

- ¿De dónde eres?

Tengo curiosidad, pero algo me dice que Sally no es muy dada a compartir datos personales.

- No hace falta que me lo diga nadie. - Contesto, más para mí que para Sally.

Luego me vuelvo de nuevo hacia ella.

- ¿Finlandia? Entonces igual somos familia lejana. - Bromeo.

- Ah, es verdad, no me acordaba de ese pequeño detalle.

Sonrío de medio lado y miro hacia abajo. Es una buena caída desde donde estamos.

- ¡Oye! Si eres un hada podrás, volar ¿no? - Se me ocurre de pronto.

- Guau. - Digo cuando veo sus alas.

Mi primer impulso es alargar la mano para tocarlas, pero me contengo. Supongo que Sally sería capaz de partirme la cara si lo intentara, mejor no pasar a engrosar su lista de odiados

- He hecho paracaidismo, pero eso tiene que ser mucho mejor.

Cuando mis pies pierden contacto con el suelo me acojono un poco, para qué negarlo.

- ¡Eh! - Exclamo. - Tienes fuerza para ser tan pequeñita. - Comento.

Dibujo una sonrisa idiota de regocijo infantil.

Caigo de culo y miro a Sally con rencor.

- Oye, que ser pequeñita no es nada malo. - Me defiendo. - Pero gracias por el vuelo.

Me levanto y me sacudo el polvo del pantalón.

- El veneno también

Me río y corro hacia la puerta para huir antes de que Sally decida comerme en plena faceta-caníbal.

- Nos vemos luego. - Me despido.

Bajo las escaleras.