Vestíbulo [Zona de Rol]

Me desepano tras un rato y me levanto de allí y salgo con mis cosas al hombro.

Al ver que se va todo el mundo, yo también lo hago

Entro al vestíbulo con una mochila a cuestas y las botas llenas de barro. Aquí hace un frío del carajo, por lo que llevo una camiseta, dos jerseys, una cazadora y la bufanda enrollada al cuello.
Nada más llegar resoplo y veo que hay una chica sentada en las escaleras.

- Hola. - Saludo. - ¿Sabes dónde están las habitaciones? Acabo de llegar.

Me encojo de hombros y dejo la mochila en el suelo con un golpe seco. Un gato negro sale de dentro quejándose con un maullido y comienza a lamerse los bigotes.

- Genial, pues habrá que dormir aquí. - Comento con sorna.

Me siento al lado de la chica y apoyo la cabeza en su hombro sin el menor reparo.

Levanto la cabeza y le guiño un ojo.

- Hola, soy Janne Peltonen, recién llegado de Finlandia para servirte. Puedes llamarme Jan.

Vuelvo a apoyarme en su hombro, se está bastante bien.

Me incorporo por segunda vez y enarco una ceja. Parece que venga de un funeral con esa chispa.

- Prueba a sonreír, estarás aun más guapa. - Propongo.

El gato se acerca para frotarse un poco contra mi pierna.

Miro a Catherine durante algunos segundos y luego suelto una carcajada.

- Es mi encanto personal. - Respondo. - Y por algo me fui de Finlandia. La nieve y el muermo no son para mí.

Aparto a Magnus suavemente con la mano y se va a inspeccionar la zona. Ya volverá.

- Ahora pregunto yo. ¿Siempre estás tan a la defensiva?

Oh, una chica curtida. Esas son las más interesantes.

- Vale, una pregunta más inocente. ¿De dónde eres?

¿Es cosa mia o la estoy aburriendo? Le aparto uno de sus rizos de la cara con delicadeza para verla bien.

- Qué pena. - Comento.

Luego suelto su mechón de pelo y me dedico a inspeccionarme los cordones de los zapatos mientras silbo.

Sigo mirando mis cordones con aparente desesperación.

- Que mi presencia no te suscite mayor interés que las manchas de la pared. - Respondo.

Tengo que comprarme unos zapatos urgentemente. Mis botas están destrozadas de andar.

Sonrío entre dientes y me levanto también. Recojo mi mochila del suelo y me cuelgo en el hombro izquierdo.

- Que conste que es porque estoy hecho polvo. - Me defiendo. - Pero cuando me haya dado una ducha y comido algo volveré para impresionarte.

Le beso una mano emulando a los galanes de la prehistoria y subo las escaleras seguido de Magnus. Ya encontraré las habitaciones por mi cuenta.