El Sótano [Zona de Rol]

-Si, pero con un palo y una esponja.
Pongo cara de asco, pero rompo a reir.
-Mejor el pelo, me gusta el pelo limpio y sin una miga de sangre.
Le saco la lengua.
-¿Algún otro deseo que no cumpliré?

-Como es debido.
Río.
-Haremos esto, 3 deseos uno a cada uno. Sea cual sea, hay que cumplirlo sin excepción ¿Aceptas ser mi esclavo por 3 deseos, y yo tu perra?

-Cuando se acaben los deseos estaremos tan cansados que terminaremos durmiendonos juntos.
Le saco la lengua.
-Y al otro día haremos otro trato por más deseos. 3 son muy poquitos ¿Qué dices?

Pongo cara de puchero.
-Eso es injusto.
Suspiro.
-Vale, pero quieor que me concedas uno si o si.
Le sonrío.
-Quiero que me hagas masajes a cambio.

-Si claro, mira que soy dificil de complacer.
Sonrío acostándome boca abajo en el piso.
-No te entuciasmes, mira que te pondré puntaje.

-Y si bajas más encontrarás dos rollitos, se llaman Bush padre y Bush hijo. Los detesto.
Sonrío.
-Si está muy fría, dejala.

-Los rollitos no tienen atractivo en si. A menos de que seas aficionado de los hot dogs. Lástima que tu pareces vegetariano.
Río cerrando los ojos, era realmente bueno con los masajes. Me estaba relajando.
-Continúa, eres genial. Por cierto ¿Cuál será tu primer deseo?

-Flotadores es un sinónimo, si tus masajes milagrosos logran pincharlos te estaré agradecida.
Me quedo extrañada al escucharlo.
-¿Un deseo? Supongo que...tengo uan fantasía estúpida e infantil. Nunca pude bailar el vals.

-Empiezo por lo facil, si tiro ahora la bomba no habría sobrevivientes.
Sonrío.
-Se está rico, dudo que bailemos dentro de poco.
Me corro el pelo despejando más mi espalda.
-Dime por lo menos un deseo tuyo.

-Eso está mal, me gusta la gente decidida. Di que no deseas nada porque tienes lo que quieres. Y así serías la envidia de muchos, incluyéndome.
Le sonrío.
-Celos y envidia, súmame eso. Si habría bingo de los 7 pecados capitales no dudes que tendría el cartón lleno.
Le saco la lengua.
-¿Tu no quieres masajes?

Me bajo la camiseta y me las arreglo para salir.
-La perra te ordena que te tires al suelo.
Sonrío.
-Quédate tranquilo, no habrá ningún acto sadomasoquista.
Río.

-Dar y recibir, te recuerdo que todavía no estamos en Navidad.
Sonrío y le quito la remera, comienzo con mis fríos dedos a acariciar su espalda.
-Que pena, a mi solo me gusta robar. Creo que lo nuestro es imposible que funcione.
Río.
-Intentaré recibir, pero que conste que es porque tu me lo das.